27 de marzo de 2017
La ciudad de Piura está inundada por su río desde las siete de la mañana de
este lunes, la televisión nos trae a nuestras casas, en el todo el país, esta
situación de calamidad, desde muy temprano, en que vemos familias enteras de
todos los estratos sociales, abandonando sus casas, formándose imágenes
emotivas, tristes, que nos llevan solidariamente a sentir que vamos con ellos.
Los vemos a todos caminando juntos, familias unidas, encaminadas a encontrar zonas secas. Me impactó, la escena del padre, bastante joven cargando al más chiquito, abrazado a su pecho, con la cara puesta en el corazón. El hijo mayor, un chiquillo, cargando a su perro, y la mamá en cada mano iba tomada de la mano de dos hijas, el paso era muy lento, andando entre las aguas, pero todos estaban juntos.
Ver y ver, es un llenarse de pena, de un éxodo de piuranas y piuranos, de todas las edades, las imágenes de la TV eran de los barrios más cercanos al río Piura, todos caminando en fila india, mientras el nivel de las aguas persistió sin descanso alguno en seguir subiendo.
Es absolutamente inédito que Salvavidas de Lima, de la Policía Nacional, ayudaban a la población, como rescatistas, incluso en la Plaza de Armas de la ciudad.
En la noche, los brigadistas: bomberos, policías, militares, en medio de la oscuridad de las calles de una ciudad inundada, siguen rescatando a familias que han quedado atrapadas en sus hogares. En eso, antes de la nueve de la noche, rescataron a una anciana de un segundo piso, y vimos por TV, como la camilla que bajaron de un segundo piso, fue puesta en una balsa de plástico, y se la llevaron entre las aguas, a un lugar seguro. Y en eso se inició una lluvia.
Foto del diario El Tiempo de Piura: Plaza de Armas de la ciudad de Piura.
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