miércoles, 27 de diciembre de 2017

49. El Abrazo del Oso y del Perro del Hortelano

25 de febrero de 2017

El mega escándalo Odebrecht, los encuentra "no amigos" o tal vez "enemigos". En el pasado fueron patas del alma, ahora tal vez ni se conocen. Así es la vida.

Uno de ellos, el de la izquierda, es el arquitecto José Graña Miró Quesada, quien está señalado como el hombre más rico del Perú, preside la empresa más poderosa del país, Graña y Montero, que cotiza sus acciones en Wall Street, y que da trabajo a miles de miles de personas, controla todo lo que se publica en los diarios y canales de TV del Grupo El Comercio, convirtiéndolo en un zar del periodismo. Además posee una alianza con Radio Programas del Perú, el monopolio radial, y con el dueño caviar de La República, en el sentido de que nunca las noticias son diferentes.

La alianza trascendente de Graña y Montero fue con la transnacional brasileña Norberto Odebrecht, amplió su capacidad operativa de la realización de proyectos en miles de millones de dólares. Aunque estamos frente a la posibilidad que sea su Waterloo, por haber sido señalado de haber participado en una coima de 20 millones de dólares al expresidente Alejandro Toledo y la denuncia, le pertenece a su examigo, el anterior Virrey de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata.

Por todo esto y muchas cosas más que aparecerán en el camino, el arquitecto Graña Miró Quesada, enfrenta la cárcel.

En el periodismo, todos sabemos que el arquitecto Graña domina el Grupo El Comercio, por un montón de razones. La más conocida es que en el 2006, tomó el control de la mayoría de acciones de la empresa y botó de la dirección de El Comercio a su primo hermano por línea materna y también paterna, Alejandro Miró Quesada Cisneros, quien había cambiado la tradicional línea política conservadora con tintes nacionalistas y neoliberales, en caviar y neoliberal para la nave insignia de la empresa, sus diarios y televisora.

Entre otros, el arquitecto Graña, hizo botar al "transparente jefe caviar" José Ugaz Sanchez Moreno, quien era el abogado del Grupo, y según los trascendidos periodísticos, definía lo que se publicaba o no en El Comercio, en otros diarios y en sus televisoras, siempre a favor de su facción caviar.

Como es conocido las facciones caviares, odian a Alan García. Entonces el arquitecto Graña en su condición de zar de la prensa nacional, botó a todos los caviares de El Comercio, de sus otros diarios y de sus televisoras, para que en su segundo gobierno (2006 -2011), el Presidente García, careciera de oposición periodística importante.

Nada es gratis en esta vida. Entonces habrá que realizar un listado de proyectos estatales que le fueron regalados a Graña y Montero. El aeródromo de Collique levantó polvareda.
En el medio periodístico todo esto es nada nuevo.

Ahora el Grupo El Comercio, frente al escándalo Odebrecht y publicaciones independientes, dice que el arquitecto Graña es tan solamente un accionista, pero la verdad es que no se atreve a romper, pues sigue siendo el jefe.

Entonces resulta cómico ver gritando al periodista Christian Hudtwalcker, de lo mejor de la escena nacional, casi al borde la locura (eso gusta a la afición), cuando tiene que enfrentar la realidad de que su patrón, es decir quien le paga su salario es el arquitecto Graña, junto con todos sus primos, es decir la familia propietaria. La verdad no se oculta gritando, pero tiene su orgullo y es comprensible.

Insistiré que el arquitecto Graña fue un leal amigo de Alan García, lo convirtió en editorialista, publicándole un editorial que sonó mucho en el país: El Perro del Hortelano, en el decano de la prensa nacional, El Comercio, dando a creer a la opinión pública, que los odios entre el aprismo y la familia Miró Quesada estaban superados.

Lo curioso es que anoche, en Canal N, Hudtwalcker reveló que el diario El Comercio quiso entrevistar al dos veces Presidente García y le envío un cuestionario de preguntas, algunas fueron contestadas por el exmandatario y en otras escribió: Pregúntenle a Pepe Graña.

Huldtwalcker entró de inmediato en trompo, está bien que en su condición de periodista le mortifique que su trabajo tenga de patrón al arquitecto Graña Miró Quesada, pero así es la vida.

El expresidente García sabe perfectamente quien es quien en el Perú, nadie le va a venir con cuentos.


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