lunes, 11 de septiembre de 2017

12. PPK SE QUEDÓ SIN DEFENSAS EN SU LEALTAD A SAAVEDRA

1 de diciembre de 2016

Fernando te dice que el escándalo que está protagonizando el ministro de Educación, Jaime Saavedra, empuja al gobierno del Presidente Pedro Pablo Kuczysnki hasta a un metro del precipicio, ya solamente depende del gobernante, como va a reaccionar ante el hecho que es público. Todos creemos que él sabe, que se le puso un sueldo de 24 mil soles a la esposa de Saavedra, en la Superintendencia de Banca, Seguro y AFP. Si el Presidente dice que no lo sabe, quedará pues como un convidado de piedra en su propio gobierno, es decir no sabe nada de nada.

Fernando escuchó y vio por TV al Presidente defender hasta en Santiago de Chile al ministro Saavedra, quien no tiene mérito alguno, no sirve para nada, en el sector Educación. Fernando se pregunta ¿Quién lo ha llevado al Presidente a inmolarse por Saavedra, delante de todo el Perú, una y otra vez? Fernando no sabe la respuesta y ahorita piensa en todos los cuestionamientos y denuncias que existen en contra de Saavedra, ninguno se ha levantado, lo más grave es la compra de 300 millones en computadoras, y a simple vista resulta inexplicable que el gastó no desmentido de 853 millones en consultorías y otros 26 millones en publicitarse. Hay mucha plata en juego y por eso tiene una cerrada defensa. El Presidente de la República, piensa Fernando, no comprende que la gente está harta de corrupción y ante el escándalo que va envolviendo a uno y otro miembro de su entorno, estallado el escándalo, los bota sin piedad, pero tiene que haber escándalo.

Pero el Presidente se ha crucificado con Saavedra, están ambos en la misma cruz que no es la de Cristo, sino la de Gestas, el mal ladrón, aquel que no fue al paraíso.

La cruz de Gestas, la del mal ladrón, lo sitúa al Presidente, al borde del precipicio, en la situación de decir no sé nada y me parece que está mal. Fernando cree que tienen que rodar cabezas, por lo menos la del ministro, la de su esposa, y la del superintendente, porque estamos ya en la fiesta convertida de parranda en festín de la libre contratación estatal de padres, madres, esposas, queridas, enamoraditas y enamoraditos, de hijos, de nietos, de sobrinos, de tíos, de la abuelita y a la tía viejita no hay que dejarla de lado, pero con todo derecho no se puede hacerse a un lado a la pareja gay, lesbiana y transexual de los ministros, viceministros, congresistas, etc., que practican la libre opción sexual.

Ante este escándalo pareciera que Fernando y también ustedes que escuchamos voces entusiasmadas de un "convirtamos ahorita a la administración del Estado y a su aparato burocrático en una casa de citas" y ya se escuchan las exclamaciones de viva el nepotismo. En las caricaturas de La Prensa, el viejo periódico de don Pedro Beltrán, a los burócratas se les ponía prendidos de las ubres de las vacas. No hay nada nuevo bajo el sol. El escándalo es que ellos dicen combatir este tipo de corrupción, el nepotismo.

Nadie puede adivinar que estará pasando por la mente del gobernante que día a día contempla a su gobierno vivir la era del escándalo inacabable, como una fiesta de la peor pesadilla que se pueda tener, de historias para tontas pero cada una más escandalosa que la otra, encadenadas y sin forma alguna de romper las cadenas que las atan.

No hay que olvidar la cruz de Gestas, el mal ladrón, de la que si el gobernante se agarra con todas sus fuerzas lo tumbará al precipicio, que en principio ya lo acercó y si lo hace caer ya no hay forma de detener la rodada. El gobernante va cayendo y cayendo mientras todos lo ven caer, en medio de la indiferencia del pueblo y así todo en el país va para atrás y para atrás, como si fuera un mito de un eterno retorno, no el del historiador francés Mircea Eliade, especializado en pueblos europeos y asiáticos muy antiguos, sino en que la gente cree que todos los gobernantes son lo mismo y comienzan a anhelar los tiempos de las dictaduras.

El ministro Saavedra es posiblemente el peor ministro de Educación que ha tenido el Perú. Fernando te cuenta que una de las realidades de nuestro país que conoce un periodista son los colegios de los barrios más pobres, porque siempre nutrieron a las páginas de información local o metropolitana, entonces todos los periodistas conocemos los colegios de los niños pobres. Sabemos cuándo un ministro cumple su labor. Sabemos que la tarea de resolverlo todo es imposible. Son años de años de años que los periodistas visitamos los colegios más pobres. El ministro Saavedra, con toda la publicidad que gasta, se presenta como lo mejor de lo mejor. A mí por lo menos, no me venden gato por liebre. A los colegios les ponen los chantajistas dinamita y/o granadas de guerra, los colegios están que se caen, los baños son un muladar. La comida de los escolares, no es buena, no es raro que la sirvan podrida. Este ministro Saavedra jamás visitó un colegio en problemas.

Saavedra ha clavado en su cruz de Gestas al Presidente de la República, pareciera que el mandatario lo acompaña con gusto y encantado. El final de esta historia lo sabremos en cualquier momento, la renuncia se ve venir antes del miércoles de interpelación. En todo caso que lo bote el Parlamento porque ya es tiempo que este señor se vaya a su casa, y el Ministerio Público inicie las investigaciones que tienen que hacerse.

El ministro Saavedra y el Presidente de la República que sigue guardándole lealtad.

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