lunes, 18 de septiembre de 2017

44. Por un puñado de dólares entregaron el Perú a Marcelo Odebrecht.

7 de febrero de 2017



Los presidentes, los dueños de los medios de comunicación, los congresistas, los ministros, los políticos, los banqueros, los jueces y fiscales, los empresarios de todo tipo y otros, ante la presencia de por lo menos 15,500 millones de dólares que movieron en Lima, las empresas presididas por Marcelo Bahia Odebrecht, usando al Banco de Crédito, le regalaron nuestro país, por un mínimo puñado de oro, nada trascendente, sólo brilla la traición.

El ex Virrey de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata (significa cucaracha) decide que día delata a quien, primero echó el APRA a los perros, entregando el nombre de un viceministro. Así unos 500 personajes de la vida peruana, pasaron a respirar con tranquilidad, creyeron que quedaba en los apristas. Ellos están comprados al peso y tienen la esperanza, haciéndose la pichi por las esquinas, que no los van a traicionar.

Este fin de semana Barata, que significa cucaracha, decidió ahorcar de a pocos al exPresidente Alejandro Toledo, solamente ha soltado una coima de 20 millones de dólares. En este tema para mi, la verguenza de Toledo radica en que Marcelo Odebrecht, finalmente su señor, seguramente pensó: "Este Toledo cree haberme visto la cara de coj..o, quiere 35 millones, se la bajo a lo que yo quiera y se la pago cuando me dé la gana".

Pero pareciera que hay un mensaje detrás de esta primera delación en contra de Toledo, pareciera ser un mensaje directo al gobierno actual: "mientras no nos hagas problemas, no te delatamos.

No es casual que de a poquitos, las redes sociales, suelten uno a uno, el entorno de Odebrecht en nuestro país, infiltrado en el Gobierno de Lujo del Presidente Pedro Pablo Kuczynski. Todos sabemos que tiene un equipo de prensa y que es el mejor pagado, tal vez no está desmontado.

Marcelo Bahia Odebrecht es un hombre de inteligencia superior, el verdadero padrino, uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo. Se le atribuye, que encerrado en sus pensamientos, definiendo si delataba o estoicamente quedaba callado, dijo: "Lula nunca me quiso", entonces decidió delatar al expresidente Lula y siguió pensando hasta que dijo: "Soy yo o ella", no lo dudó más, delató a la Presidenta Dilma. Y como es el padrino, todo el cuerpo directivo de sus empresas, acató su decisión y todos están delatando.

Barata, solamente cumple órdenes de su patrón, Marcelo Odebrecht, estuvo en diciembre en Lima, y como se dice se fue para proseguir siendo un delator, dejando todo atado y muy bien atado. Las alianzas que finalmente hizo, las cumplirá en tanto se cumpla lo pactado.

Marcelo Odebrecht es un ingeniero civil, nacido en Bahia, hijo, nieto y bisnieto de millonario, pertenece a una familia en la que todos trabajan para ser cada vez más ricos, bueno a este Odebrecht se le pasó la mano, pero no ha perdido su imperio.

Odebrecht por una maniobra judicial se convirtió en el mayor accionista de la constructora Norberto Odebrecht, que a su vez es dueña del 52% de las acciones de la petroquímica Brasken.

Resulta que si hubiéramos tenido un gobernante algo inteligente, en lugar de tanta carretera y gasoducto, este habría negociado, seguramente con coimas suculentas que provendrían de Brasken, con la finalidad de desarrollar una petroquímica nacional. Ahora está difícil.

Marcelo Odebrecht está preso, más de año y medio, no ha perdido su imperio, Norberto Odebrecht y Brasken desarrollan con normalidad sus actividades en Brasil y en Estados Unidos.

En prisión, Odebrecht no ha tenido un momento de debilidad ante nadie, se habría publicado. Es altivo, perfeccionista, si está entre exfuncionarios de Odebrecht, el que decide y manda es él, no les permite el más mínimo desaliño y su celda se llama "La Dictadura", todo en orden y limpio, las otras celdas se llaman "La Democracia", pero si aparece el padrino, reclama por más higiene, es quien manda.

Odebrecht tiene una vida autodisciplinada de higiene, ejercicios y alimentación, despacha cada vez que puede con sus abogados, con quienes no solamente maneja su defensa, sino que es el pretexto o la pantalla, para no perder contacto con su imperio.

Hasta qué punto todos aquellos que le entregaron el país a Marcelo Odebrecht le deberán en el futuro inmediato, la libertad o la cárcel. Nadie lo sabe es como la ruleta rusa, el nuevo sobre lacrado que viene de Curitiba para el Ministerio Público, tiene un nombre y una coima, que sin duda ninguna alborotará a todo el país.


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