lunes, 11 de septiembre de 2017

15. ABOGADO Y GALÁN DE TELENOVELAS NOMBRADO MINISTRO DE CULTURA

5 de diciembre de 2016

A propósito del nombramiento de hoy del nuevo ministro de Cultura, el actor Salvador del Solar, hay que remarcar, considera Fernando, que no existe una política cultural en nuestro país desde la época de la dictadura militar de los años setenta y específicamente, durante los casi siete años del general Juan Velasco.

Fernando te dice que poco o nada importa, quien es el ministro, si no existe una política cultural, nada se puede hacer. El presupuesto para el próximo año ya está aprobado y todo es para burocracia. Existen excepciones.

Me parece que el actor convertido en ministro, es más para la foto de imagen del gobierno, y visto así es un albur. De repente a la gente le encanta o de repente lo rechaza.
El Ministerio de Cultura, considera Fernando, es un organismo en exceso burocrático, demasiado corrupto que no permite lucimiento alguno del ministro. Jamás hemos tenido un famoso ministro de Cultura, antes de ejercer el cargo, o después de cerrar su despacho.

En cualquier momento surge una invasión creada por traficantes de tierras, en áreas arqueológicas o las constructoras quieren tumbarse las casas viejas con el pretexto que ya están para caerse solitas sin necesidad de terremoto. Siempre surgen urbanizadoras que quieren tumbarse a todas las huacas, y no hay como controlar el continuo saqueo de patrimonio cultural, a cargo de mafias inmemoriales y se convierte para nunca la respectiva repatriación de todo lo extraído o robado en nuestro país.

Fernando desde sus tiempos de practicante de derecho que inició en el segundo semestre de 1971, cuando existía La Casa de la Cultura, dirigida por el escritor José Miguel Oviedo, quien era profesor de la Católica y lo abordaba en el patio de Letras, tiempos de la Plaza Francia.

Poco después se convirtió en el Instituto Nacional de Cultura, con la lingüista Martha Hildebrandt de directora, y ella misma era quien te atendía cuando ibas a hacer un trámite, pero desde los tiempos más antiguos que recuerdo, este cae de inmediato en el sueño de los justos, es decir para el nunca jamás.

Con excepción de los más conocidos monumentos arqueológicos, que tienen custodia y arqueólogo pagado, demás están a su suerte y en manos de los saqueadores de tumbas o huaqueros.
No hay plata para la cultura viva, es decir el folklore de todas las regiones y de todos los pueblos, que solamente se desarrolló magníficamente en la época del general Velasco. Una vez que fue derrocado por el general Francisco Morales Bermúdez, consideraba que debía sacar a todos los comunistas del Estado Peruano, en esa tarea macartista, destruyó todo lo avanzado por su predecesor y todo quedó así como estamos.

Una realidad es que no hay plata para desarrollar las artes, pero tampoco existe una política para hacerlo.

Está bien que el nuevo ministro de Cultura, de un Ministerio fundado recientemente, en el 2010, por el segundo gobierno del Presidente Alan García, sea un hombre que sabe presentarse al público y que habla excelentemente bien, así por lo menos la gente sabrá que existe un ministro de Cultura. Ninguno de los anteriores ministros sirvió para nada, salvo para representar al gobierno en el entierro de alguna personalidad de nuestra cultura y dar el discurso de orden en el entierro.

Presidente de la República y el Ministro de Cultura.

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