lunes, 18 de septiembre de 2017

22. Foto de Marcelo Odebrecht con jerarcas de la izquierda latinoamericana de quienes ha sido mecenas o su corruptor, bueno ya estaban corrompidos de antes.

3 de enero de 2017



Por eso no se sorprendan que en Lima nadie salga a lavar banderas ni quiera desfilar en las calles, ante el escándalo de corrupción nunca antes visto en el país y que es una obligación repudiarlo.

Todos sabemos que quienes realizan las convocatorias y financian estos actos de masas, aunque es cierto que cada vez asiste menos gente, son aquellos que pertenecen a una izquierda que jamás vio corrupción en la izquierda, como se sabe: "Otorongo no come otorongo".

Odebrecht ha sido mecenas de la izquierda y de la caviarada (renegados y traidores del socialismo que han adoptado el neoliberalismo)

Entonces están en la cura de silencio mientras esperan el momento en saber quiénes caen hasta el abismo de los infiernos.

En la foto se les puede ver de izquierda a derecha al presidente de Cuba Raul Castro; la entonces presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; el corrupto empresario brasileño Marcelo Odebrecht, el general revolucionario cubano Ramiro Valdés y el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Todos ellos se congregaron el 27 de enero de 2014, en el Puerto Mariel de Cuba, para la suscripción del contrato de ejecución obras de este puerto cubano.

Marcelo Odebrecht ha sido amigo de todos los izquierdistas de América Latina y los apoyó económicamente a llegar al poder. En el caso cubano a sostenerse indefinidamente.
¿Romperá la izquierda de América Latina con su buen compañero y amigo Marcelo Odebrecht? Ya los delató en Brasil y en Estados Unidos....todos sabemos que la esperanza es lo último que se pierde...por eso es que no hay lavado de banderas.

La policía judicial brasileña cuando intervino las comunicaciones de Marcelo Odebrecht se encontró con la novedad que sus tres hijas iban a las marchas anticorrupción y que tanto él como su esposa Isabela Álvarez, estaban muy contentos, las alentaban.

Ahora Isabel Álvarez comanda a su familia y a las familias de todos los presos de la empresa Norberto Odebrecht y de todas sus filiales, y al frente de un pequeño ejército de empleados, secretarias, cocineras y choferes, cuidan que nada les falte en la cárcel. La comida está hecha en casa, aunque se ha constituido para ello una empresa, según informa la prensa brasileña.

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