lunes, 26 de febrero de 2018

122. Baratta era el que mandaba

Jorge Barata, en sus tiempos de todopoderoso representante del "dueño" o mayor accionista de Odebrecht, Marcelo Bahia Odebrecht, su amo y señor, se le llamó el Virrey de Odebrecht en el Perú, la gente se desvivía por mirarle la cara y gozar de su favor, y él benevolentemente organizaba fiestas en Lima, llamadas Las Feijoadas del Virrey de Odebrecht, a las que la "gentita nice" de la capital moría por asistir. La verdad es que la gente más encumbrada del país pasaba unos buenos momentos muy agradables bien rociados, buena comida a ritmo de samba.

Las feijoadas y otras fiestitas en el Perù, tuvieron el auspicio de la Embajada de Brasil, así como todas las actividades de Odebrecht en Brasil, desde visitas empresariales y de gozo y esparcimiento festivo, tuvieron el auspicio de la Embajada del Perú en Brasil. Ahora todos tratan de decir "ampay me salvo" aduciendo invitación diplomática.

La prensa nacional era una invitada de lujo, publicitaba estas fiestas amenizadas con las mejores y más caras orquestas de Lima, fiestón de fiestones, lleno de alegría, con ganas todos de hacer negocio con Odebrecht, a través de su Virrey.

Entonces nada era más extraordinario que Odebrecht en el Perú y así con su principal socia peruana, la constructora Graña y Montero, saquearon a nuestro país, con la bendición del Grupo El Comercio que a través de un presidente, Alejandro Toledo, que ha sido coimeado por Barata, le regaló la mayoría de acciones del Canal 4, América TV. En tanto La República, obtuvo, también de obsequio, un tercio del accionariado.

Es así como el Grupo El Comercio se volvió monopólico y con una multitud de periodistas a su servicio, que jamás han escrito una frase que ponga en peligro a Odebrecht y a Graña y Montero, mientras saquean al Perú.

La empresa Odebrecht, en su patria, el Brasil, en la que intervenía la embajada peruana, según rumores, organizaba troupe a diversos sitios, especialmente a los carnavales, corcho, sexo y droga libres, fiestas que se iniciaban en el sambodromo y terminaban en lugares exclusivos con privacidad absoluta.

Los tiempos han cambiado, ahorita es uno de los delatores de la justicia brasileña, transformándose en quien a bocajarro dice y dice: "A este, le di tanto y a este otro. También, estas son las pruebas que acredita mi dicho".

Me encanta que tantos corruptos se estén haciendo la pichi de miedo y estén ya atacados de nervios, carecen de futuro.

Y en contraparte, habrá alguien en nuestro país que diga ahorita: este Barata: "Ha sido mi pata del alma", es decir mi amigo de trabajo y de farra, de oficina y de la noche". Con tanto escándalo, me parece que no.

A Barata lo van a negar más veces que a nuestro Señor y no tengamos duda alguna que conoció a todos a quienes quiso conocer en Lima y en todo el país. Nadie escapó: Presidentes, ministros, congresistas, rectores universitarios, jueces, fiscales, dueños de empresas, bancos, restaurantes. A él se le llamaba entre broma y serio: el Virrey de Odebrecht.

A los virreyes en la actualidad tal vez no se les trata ya de formulismos trasnochados como de su serenísima gracia, o de vuestra ilustrísima señoría, o de eminentísimo señor. He de suponer que para cada personaje y/o socialité de la capital del día o de la noche, habrá constituido un serio honor tutearlo o se habrá convertido en la más grande cosa del mundo que Barata llamara a estos personajes por su nombre, esbozando una sonrisa.

No me da vergüenza ajena, me genera repulsión de que toda esta gavilla de mosquitos y mosquitas, conformaron la nueva corte virreynal de Odebrecht en Lima, mientras esta transnacional brasileña, corrupta y corruptora, firmaba y firmaba contratos con el Estado Peruano, que suman y suman ya miles de millones de dólares. Por lo menos se sabe que superan los 12 mil millones de dólares y en estos contratos, el negocio está en los intereses que multiplica todo.

Lo bueno de esta vida es que Barata tiene cientos de fotos colocadas en internet, tal vez no por él, sino por todos aquellos que su amistad llenaba sus vidas y querían que todos lo supieran que este Barata cualquiera en Brasil, aparecía como amigo. Parece pues que tuvo muchos amiguitos y amiguitas en Lima.

Fotos de Barata en su condición de Virrey de Odebrecht, posadas, con gentes diversas, en inauguraciones oficiales de obras hasta de fiestas con mucha "gentita", están en Internet.

No voy a publicar algunas fotos que son excepcionales, que me han dado mucha risa, recomiendo entrar a internet, porque hay por lo menos tres y hasta cuatro en que está con esos personajes que se rasgan las vestiduras de la corrupción de Odebrecht, pero en las fotografías, están felices, contentos y hasta enseñan los dientes de alegría de estar al lado del llamado Virrey de Odebrecht en el Perú.

El Virrey de Odebrecht en su corte limeña.

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